Eso es fácil.
Pero estar enojado
con la persona adecuada,
En el grado
correcto,
En el momento
adecuado,
Para el propósito
correcto,
Y de la manera
correcta
Esto no es facil.
Aristóteles, La ética a Nicómaco
Ser feliz por este
momento.
Este momento es tu
vida.
Omar Khayyam
Nunca serás feliz
Si sigues buscando
en qué consiste la felicidad.
Nunca vivirás
Si buscas el
sentido de la vida.
Albert Camus
Los sentimientos son una parte importante de nuestra vida. Para vivir plena y eficazmente, necesitamos muchas fuentes de información (por ejemplo, nuestros sentidos, pensamientos y percepciones) para guiarnos, motivarnos y ayudarnos a dar sentido a las cosas que hacemos y vemos. A menudo, existe una fuerte relación entre los eventos de nuestra vida y nuestros sentimientos, por ejemplo, nos sentimos tristes en respuesta a una pérdida o nos sentimos felices en respuesta a ganar un torneo. Los sentimientos están relacionados con nuestras interpretaciones de los eventos más que con los eventos mismos. Si bien es natural pensar que respondemos solo a los eventos de nuestra vida, de hecho, hacemos interpretaciones o juicios de estos eventos, y estas interpretaciones juegan un papel clave en nuestras respuestas emocionales. Cuando nos detenemos a pensar en ello, cada evento podría aplazar una variedad de respuestas emocionales. Nuestra interpretación del evento ayuda a vincular una respuesta emocional particular a ese evento.
Cuando
sentimos algo podemos hacernos algunas preguntas:
- ¿Que es este sentimiento?
- ¿Qué me dice este sentimiento sobre esta situación?
- ¿Por qué ha surgido este sentimiento en este momento?
Experimentar y expresar emociones son parte integral de nuestra vida cotidiana. Aprendemos a incorporar emociones a nuestra vida observando nuestro entorno y participando en diferentes situaciones. Sin embargo, para muchas personas, las emociones siguen siendo misteriosas, confusas y difíciles de expresar de manera constructiva. Imagínense, si es difícil para un adulto, lo difícil que debe ser para un niño. Así como tenemos opciones sobre cómo interpretar un evento, también tenemos opciones sobre cómo expresar esos sentimientos que experimentamos. A menudo limitamos el rango de nuestras opciones expresivas al creer que solo hay dos opciones: expresarlas directamente a otra persona (por ejemplo, en una confrontación personal) o guardárselas para nosotros. En realidad, hay muchas formas de responder a nuestros sentimientos y expresarlos. Hasta cierto punto, expresamos un sentimiento cada vez que nuestro comportamiento está influenciado por ese sentimiento, pero la forma en que expresamos ese sentimiento y la intensidad de esa expresión pueden variar ampliamente. Aquí es donde entra la toma de decisiones. Primero, consideramos cuáles son nuestras opciones, por ejemplo, si un amigo cercano se va a mudar, podemos sentirnos muy tristes por eso. Tenemos muchas opciones, por ejemplo, podemos decirle a nuestro amigo cuánto lo extrañaremos y hacer un esfuerzo especial para pasar más tiempo con él. Estas opciones pueden resultar dolorosas en ese momento, pero nos brindan la oportunidad de expresar nuestros sentimientos a nuestros amigos. Por otro lado, podemos evitar al amigo hasta que se vaya de la ciudad, por lo que no tendremos que despedirnos, o podemos estar ocupados haciendo otros amigos, por lo que no extrañaremos tanto a este amigo en particular después de que él se va. Estas elecciones pueden permitirnos posponer o evitar sentimientos dolorosos en ese momento, pero no brindan la oportunidad de cerrar con nuestros amigos. El caso es que tenemos opciones y es nuestra decisión.
Aquí
hay algunas preguntas en las que debe pensar al decidir cómo responder a sus
sentimientos:
- ¿La intensidad de mis sentimientos coincide con la situación?
- ¿Tengo varios sentimientos a los que debo prestar atención?
- ¿Qué interpretaciones o juicios estoy haciendo sobre este evento?
- ¿Cuáles son mis opciones para expresar mis sentimientos?
- ¿Cuáles son las consecuencias de cada opción para mí?
- ¿Cuáles son las consecuencias de cada opción para las demás?
- ¿Qué resultado estoy esperando?
- ¿Que quiero hacer? ¿Y si no hago nada?
Nuestras familias ayudaron a moldear nuestras actitudes sobre las emociones, las habilidades para identificar las emociones, las formas de interpretar los eventos y las formas de expresar las emociones. Si tenemos dificultades en cualquiera de estos procesos y estamos tratando de cambiarlos, puede resultarnos útil considerar lo que aprendimos sobre ellos de nuestra familia. Muchas personas no recuerdan que les enseñaron “reglas familiares” sobre las emociones, pero tales enseñanzas ocurrieron, ya sea directa o indirectamente. Un ejemplo sutil podría ser cuando un padre abandona la habitación cada vez que nos enojamos, lo que indica que las expresiones de enojo son inaceptables. En otras familias, un padre puede gritar: "No me levantes la voz", sugiriendo una regla contra la expresión de enojo del niño, pero transmitiendo sutilmente la regla de que las expresiones de enojo de los padres son permisibles. Identificar las reglas de nuestra familia puede ayudarnos a cambiar la forma en que experimentamos y expresamos nuestras emociones.
En
ejemplos de las reglas de mi familia:
- Nunca ignores tus sentimientos, confía en ellos.
- Trate los sentimientos de otras personas como propios.
- No uses la ira para llamar la atención.
- Exprese su enojo con palabras de una manera civilizada.
- Confíe en los demás con sus sentimientos y no se los guarde solo para usted.
- Sé feliz cuando sea el momento de la felicidad. Llorar cuando sea el momento del duelo.
Como padres, debemos ayudar a nuestros hijos a aprender, comprender y expresar sus sentimientos y emociones. Si nuestro hijo dice que está preocupado o asustado, no debes decir "¡No, no lo estás!" o "Estás bien". Eso no ayuda a nuestro hijo. En cambio, es probable que haga que nuestro hijo crea que no lo escuchamos o no lo entendemos. En cambio, deberíamos validar la experiencia de nuestro hijo diciendo cosas como "Sí, pareces asustado. ¿Qué te preocupa?" Luego, hable sobre las emociones y los temores de nuestro hijo. Una vez que hemos validado las emociones de nuestro hijo y hemos demostrado que comprendemos su experiencia y hemos escuchado lo que nuestro hijo tiene que decir, debemos ayudar a nuestro hijo a resolver un problema. No significa que debamos resolver el problema de nuestro hijo, pero significa que lo ayudamos a identificar posibles soluciones. Si nuestro hijo puede generar soluciones, eso es genial, si no, genere algunas soluciones potenciales para nuestro hijo y pídale a nuestro hijo que elija la solución que crea que funcionaría mejor.
Técnicas
de escucha activa adaptadas del Programa de Resiliencia Interior
Parafraseando
- Repite lo que se dijo.
Alentador
- Cuéntame más… ¿Algo más?
Aclaración:Ppreguntas de dónde, por qué cómo, p. Ej.
¿Cuando esto pasó?
Reflexionar
- Expresar los sentimientos. Pareces
molesto, enojado, etc.
Validación:
Exprese su agradecimiento por compartir,
p. Ej. Me alegro de que hayas venido a verme.
Resumir: Reafirmar las principales ideas y sentimientos expresados, p. Ej. Estas parecen ser las ideas clave.
Enséñele a su hijo a expresar su ansiedad.
Escuche atentamente a su hijo y responda las preguntas.
Trate de encontrar la mejor solución.
Realiza estampados y máscaras de emociones.
¡Practique preguntas abiertas asociadas con situaciones sociales!
"Juego de humor" https://www.youtube.com/watch?v=16XRMxGjp_k
Conclusión: Aprender a experimentar nuestros sentimientos por completo y expresarlos de manera adaptativa y saludable no es un proceso simple, pero hay algunos componentes clave que pueden ayudar. En general, es importante ser un buen observador de nuestros sentimientos, aceptarlos y valorarlos, y prestar atención a lo que nos señalan. Debemos prestar atención a cómo nuestras interpretaciones y pensamientos afectan cómo nos sentimos y también cómo las lecciones aprendidas en nuestra familia sobre la expresión emocional continúan influyendo en nuestro comportamiento. Al decidir cómo expresar cómo nos sentimos, piense un poco en todas nuestras opciones. Y lo más importante, debemos ser pacientes y no desanimarnos cuando nos encontremos luchando con este proceso. Aprender a experimentar y expresar nuestras emociones es un proceso que dura toda la vida.
Referencias
y recursos:
Burns,
David (1980), Sentirse bien. Nueva York: Avon Books
Ellis,
Albert (1962), Razón y emoción en psicoterapia. Nueva York: Lyle Stuart
Jeffers,
Susan (1987), Sentir el miedo y hacerlo de todos modos. San Diego: Harcourt Brace
Lerner,
Harriet (1985), La danza de la ira. Nueva York: Harper & Row
Potter-Efron,
Ronald y Potter-Efron, Patricia (1989, 1995), Dejar ir la vergüenza. Nueva
York: Harpercollins Publishers
Rubins, Isaac (1969, 1997), El libro enojado. Nueva York: Simon & Schuster
Consulte también http://www.wikihow.com/Express-Your-Feelings
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