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Wednesday, December 15, 2021

Significado de Los Sentimientos y Las Emociones


Para enseñar a nuestros hijos a expresar sus propios sentimientos y emociones, tenemos que comprenderlos y ser capaces de identificarlos nosotros mismos. Cada emoción tiene un propósito y un lugar específicos en nuestra vida. Necesitamos felicidad, tristeza, ira, miedo, celos, envidia, culpa, dolor, vergüenza e incluso depresión de vez en cuando. Uno de los mayores trucos para dejar una vida feliz es dejar que la emoción vaya y venga y no tratarla mejor ni más importante que la otra. Aquí están después de Karla McLaren basados ​​en su libro "El lenguaje de las emociones".


Felicidad

La felicidad es una emoción de parada para descansar. Si tratamos la felicidad como una emoción que necesitamos todo el tiempo, sufriremos sin necesidad cuando surjan nuestras otras emociones. Si todo lo que sabemos y todo lo que queremos es la felicidad, tendemos a evitar, ignorar, reprimir o maltratar nuestras otras emociones, y entonces no seremos felices con demasiada frecuencia. Cuando trabajamos hábilmente con las emociones "negativas", posteriormente nos sentimos felices, contentos o complacidos.



Tristeza

La tristeza es una emoción que la mayoría de nosotros intenta evitar; Sin embargo, escuchar la tristeza puede ayudarnos a dejar de lado las cosas que no funcionan para que podamos hacer cambios en nuestras vidas y dar cabida a las cosas que nos funcionan. La tristeza tiene un poderoso componente físico que nos hace caer cuesta abajo, y si permanece activada por mucho tiempo, puede obstruir nuestro sueño, comer o incluso nuestro sistema hormonal. Como ocurre con cualquier otra emoción, la tristeza no debería estar con nosotros para siempre. Debería hacer su trabajo y seguir adelante. El duelo es una emoción negativa y muy diferente a la tristeza. El dolor surge no cuando necesitamos dejar ir algo, sino cuando no tenemos otra opción que dejarlo ir, y cuando estamos perdiendo algo sobre lo que no tenemos control. El duelo es un proceso lento y lánguido que toma su propio tiempo.


Enfado

La ira es un estado de ánimo, pero bastante importante. Nos ayuda a establecer límites, proteger nuestro sentido de identidad y tomar posición en el mundo. La ira nos ayuda a proteger nuestra posición, voz, punto de vista e individualidad. La ira es una emoción muy social, que nos aporta mucha energía, contundencia y concentración. Si podemos comprender sus matices y sutilezas, podremos funcionar de manera más inteligente en nuestro mundo social. Cuando sabemos que sentimos ira, podemos tomar una decisión emocional inteligente sobre qué hacer. Debemos hacernos una pregunta: ¿Qué hay que proteger o restaurar? Hacer la pregunta interna puede ayudarnos a dirigir esa intensidad hacia una acción saludable.


Miedo

El miedo es nuestra intuición, la emoción que nos dice cuándo se está produciendo un cambio, cuándo necesitamos adaptarnos a algo en nuestro entorno y cuándo debemos tomar medidas para evitar daños o lesiones. Debemos ser conscientes del hecho de que el miedo requiere que nos registremos y averigüemos de qué estamos siendo alertados. Haciendo una pregunta: ¿Qué acción debemos tomar? puede ayudarnos a identificar y trabajar con nuestro miedo de una manera útil. El miedo es una emoción que salva vidas que prepara nuestro cerebro, músculos y todos nuestros sentidos para la acción. Si nuestro miedo está atrapado en un circuito de retroalimentación, podemos sentirnos abrumados y agotados por la activación que causa. Es importante poder calmar nuestros cuerpos para que podamos volver a una relación viable con nuestro miedo.


Vergüenza y culpa

La culpa es un estado concreto; somos culpables o inocentes, mientras que la vergüenza es una emoción natural, una consecuencia de la culpa y la mala conducta. Cuando no hicimos algo mal, no somos culpables. Sin embargo, si somos culpables y queremos saber qué hacer con el hecho de nuestra culpa, entonces tenemos que aprender a trabajar con la información que nos brinda la vergüenza. Aquí hay un aspecto positivo de la vergüenza. La práctica de la vergüenza es entenderla como ira hacia nosotros mismos, lo que significa que podemos reparar y cambiar nuestro comportamiento. Este tipo de vergüenza se llama "vergüenza apropiada", porque se relaciona con algo real y que se puede arreglar. Si nuestra vergüenza es apropiada, nos impedirá hacer algo que no deberíamos hacer y nos ayudará a cambiar nuestro comportamiento y a enmendarnos. Sin embargo, existe otra forma de vergüenza llamada vergüenza “aplicada” o “extranjera”, que proviene de los mensajes vergonzosos que recibimos de otros e incorporamos a nuestra vida. La vergüenza aplicada puede ser tóxica, especialmente si se relaciona con que no somos lo suficientemente buenos, lo suficientemente inteligentes, lo suficientemente amables, etc.) En ese caso, debemos trabajar en una buena estrategia para terminar con la vergüenza aplicada.


Celos y Envidia

Aunque los celos y la envidia son estados emocionales separados, contienen información similar. Los celos surgen como respuesta a la infidelidad o el engaño en una relación íntima, mientras que la envidia surge como respuesta a la distribución injusta de recursos o reconocimientos. Ambas emociones contienen una mezcla de ira que protege los límites y miedo intuitivo. Ambos existen para ayudarnos a establecer o restaurar los límites perdidos después de haber evaluado un riesgo auténtico para nuestra seguridad o nuestra posición. Por otro lado, si reprimimos nuestros celos y envidia, tendríamos problemas para identificarnos o relacionarnos con compañeros confiables, y nuestros desastrosos intentos de reforzar nuestro respeto y seguridad nos interrumpirían. Tanto los celos como la envidia surgen cuando hemos detectado un riesgo para nuestra seguridad social y personal. Cerrarlos es incorrecto. Cuando reprimimos nuestros celos y envidia, no solo perdemos la conciencia de las situaciones que los llevaron a adelante, sino que también perdemos nuestra agilidad emocional, nuestros instintos y nuestra capacidad para navegar a través de nuestro mundo social y nuestras relaciones. 

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